La versión de su navegador no está debidamente actualizada. Le recomendamos actualizarla a la versión más reciente.

LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

 

 ¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER?

 

La enfermedad de Alzheimer (EA) es el tipo más frecuente de demencia en los países desarrollados en la actualidad.

Es una enfermedad neurodegenerativa que provoca pérdida progresiva de tejido cerebral por muerte neuronal.

El proceso degenerativo se inicia por una región concreta del cerebro, el cortex entorinal , región cerebral que conecta el hipocampo, la principal estructura cerebral responsable de la formación de la memoria, con la corteza cerebral.

A partir de ahí,  la enfermedad va difundiendo de forma progresiva a otras regiones cerebrales, y con ello, provocando cada vez mayor pérdida de las capacidades intelectuales.

 

 

 Región cerebral donde se inicia la Enfermedad de AzlheimerRegión cerebral donde se inicia la Enfermedad de Azlheimer

Si observamos a simple vista el cerebro de un paciente con enfermedad de Alzheimer, podemos observar cómo se atrofia de forma progresiva, es decir, cómo va perdiendo volumen, debido a la progresiva muerte neuronal y pérdida de tejido cerebral.

A día de hoy, todavía no se conoce qué origina la enfermedad de Alzheimer, qué provoca todos estos cambios cerebrales que hemos comentado. Podría tratarse de una agente infeccioso o tóxico, pero no se ha podido demostrar.

 

 

 

 

 

¿Cómo se produce la muerte o degeneración neuronal?

 Cuando se observa el cerebro de un paciente con Alzheimer al microscopio, se aprecian varios cambios anormales , los más importantes, la presencia de placas amiloides y  ovillos neurofibrilares .  Las placas amiloides son acúmulos de una proteína anómala e insoluble que se va depositando en el cerebro, la proteína beta-amiloide. Los ovillos neurofibrilares resultan de la destrucción de unos microtúbulos que son fundamentales para que los nutrientes alcancen las neuronas. Esta destrucción parece producirse por el daño de otra proteína, la proteína tau que forma parte de la estructura de estás vías o microtúbulos.  

Debido a éstos y otros cambios producidos en el cerebro se produce una progresiva muerte celular.Ilustración de la neuropatología de la Enfermedad de AlzheimerIlustración de la neuropatología de la Enfermedad de Alzheimer

Estos daños estructurales en el cerebro se acompañan de la disminución de un neurotransmisor cerebral que es clave para la memoria y el aprendizaje: la acetilcolina.

 

En la actualidad, todavía se desconoce el factor causante de todos estos daños estructurales en el cerebro.

 

 

¿Qué riesgo tengo de padecer una enfermedad de Alzheimer?

 

El factor de riesgo más importante para la enfermedad de Alzheimer es la edad. El riesgo de padecer Alzheimer aumenta a medida que envejecemos.Así, la frecuencia de EA en la Europa Occidental  entre los 65 y 75 años es de un 4%, mientras que a partir de los 85 años es de casi un 30%. 

Aunque el factor de riesgo mas importante relacionado con la EA es el envejecimiento, el segundo factor de riesgo es la historia familiar de enfermedad. Los estudios epidemiologicos señalan que el riesgo de padecer EA en un individuo con un familiar de primer grado afecto es de dos a tres veces superior al de la poblacion general.

 

Riesgo de Enfermedad de Alzhiemer por grupo de edadRiesgo de Enfermedad de Alzhiemer por grupo de edad

La mayoría de casos de Alzheimer son esporádicos y los primeros síntomas aparecen después de los 65 años (EA tardía). En estos casos se ha podido demostrar una mutación en un gen concreto , el gen de la apolipoproteína E (APOE), en un 60% de los pacientes. Ser portador de esta mutación aumenta el riesgo de padecer Alzheimer de 3-10 veces en función de si afecta a uno o dos de los alelos del gen. Pero es importante remarcar que entre el 40-50% de los pacientes con EA no posee ningun alelo APOE- ε4, lo que apunta hacia la mas que probable existencia de otros genes relacionados con la enfermedad. 

Menos frecuentes, aproximadamente el 5% de los casos) , son las formas de EA de inicio temprano, anterior a los 60 años. En estos casos, aproximadamente en el 60% de pacientes hay una historia familiar de enfermedad, y en el 13% de estos el riesgo de padecer la enfermedad la descendencia de un paciente es del 50%.

 

 

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Alzheimer?

 

No hay una única prueba que permita el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer.

El diagnóstico de sospecha se basa fundamentalmente en los síntomas del paciente, por lo que es necesaria realizar una exhaustiva anamnesis o interrogatorio, tanto al propio paciente como a sus familiares. Con frecuencia el paciente no es consciente de sus dificultades cognitivas y no las reconoce, por lo que acude al neurólogo por insistencia de su familia. 

Para confirmar el diagnóstico, realizamos un estudio por neuroimagen del cerebro (TAC ó scanner o Resonancia Magnética), que nos dará información del grado de atrofia cerebral del paciente y no descartará la presencia de otras  lesiones como un tumor o lesiones de origen vascular. Un elemento fundamental para el diagnóstico es el estudio SPECT cerebralSPECT cerebralneuropsicológico. Consiste en una batería de tests que debe realizar el paciente y que analizan cada una de las funciones cerebrales principales, como el lenguaje, el cálculo, la memoria, etc.  En algunos casos, si quedan dudas diagnósticas, será preciso realizar otras pruebas como el PET cerebral, que nos informa del metabolismo cerebral. Existen otros estudios disponibles, como el PET con marcador de amiloide, el análisis del líquido cefaloraquídeo o los estudios genéticos, que por el momento tienen más aplicación en la investigación que en la clínica práctica.

 

¿Cómo evoluciona la enfermedad de Alzheimer?

 

La evolución de la enfermedad de Alzheimer, es, como todo proceso neurodegenerativo, progresiva. Sin embargo, la velocidad de progresión varía de un paciente a otro. No debemos olvidar, que no somos enfermedad, sino personas que padecen una enfermedad, y la evolución se verá influida por varios factores: hábitos de vida, como la nutrición o el ejercicio, información genética del paciente, estimulación cognitiva (actividad mental), etc

 

¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer?

 

Tratamiento farmacológico

 

Existen actualmente diferentes fármacos para tratar la enfermedad de Alzheimer, que no detienen su progresión ni curan, pero     que consiguen ralentizar ligeramente su evolución. Se pueden administrar por vía oral o bien, mediante unos parches transdérmicos que se aplican cada 24 horas. La aplicación en forma de parches ha conseguido que la tolerancia de los fármacos sea mucho mejor y con escasos efectos secundarios.

Se están investigando nuevos fármacos dirigidos  a eliminar la proteína anormalmente depositada en el cerebro de los pacientes, que prometen resultados alentadores. 

 

Tratamiento complementario

 

Tan o más importante que los fármacos, es el tratamiento de otros aspectos de la enfermedad.  

 

En primer lugar, es importante que el paciente siga teniendo, a pesar de sus dificultades cognitivas, alguna ocupación. Si tiene alguna afición, es importante que la mantenga el mayor tiempo posible. El paciente con Alzheimer suele abandonar sus aficiones, porque tiene dificultades para llevarlas a cabo o porque los resultados de la misma son menos satisfactorios y pierde la motivación.  Por ello hay que procurar buscar maneras de simplificar o adaptar esa afición a su capacidad del momento, tanto si es una actividad mental, como hacer sopas de letras, como si es una actividad manual como la jardinería.

 

Para estimular las funciones mentales del paciente es necesario que realice a diario alguna actividad cognitiva.  La  neuroplasticidad  es la capacidad del cerebro de establecer nuevas ramificaciones y conexiones entre neuronas cuando es estimulado. Los estudios demuestran que, gracias a ella,  el entrenamiento mental active las áreas especializadas del cerebro e implica a otros circuitos que antes del entrenamiento no intervenían en una función cerebral concreta. Para el entrenamiento cognitivo existen terapeutas especializados que trabajan al paciente individualmente o en grupo, mediante diferentes ejercicios.

 

En segundo lugar, es necesario que el paciente realice ejercicio físico. El ejercicio regular, además de mejorar las condiciones físicas, está demostrado que ejerce un efecto beneficioso en la capacidad cognitiva. 

 

Otro aspecto importante es la nutrición. La edad avanzada, por un lado, y la enfermedad, por otro, hacen que el apetito se vuelva más selectivo y que se produzcan carencias en la alimentación. Es importante asegurar que el paciente ingiere los nutrientes necesarios, adaptando la dieta a sus gustos y necesidades. 

 

 

Directiva de cookies

Este sitio utiliza cookies para el almacenamiento de información en su equipo.

¿Lo acepta?